FECHA:
Viernes 16 de diciembreTEMAS:
Desarrollar las actividades de refuerzo y evaluación de la Unidad No. 8-9 en hojas de líneas o cuadros y presentarlas durante la iniciación.
Unidad 8. El sacramento del Matrimonio
Actividades de evaluación
1. En la creación del hombre y la mujer. Su autor fue Dios mismo.
2. El sacramento del Matrimonio es
aquel que santifica la
unión del hombre
y de la mujer para formar una familia cristiana .
3. El amor entre los
esposos:
a) Da
origen a la familia.
b) De
él nacen los hijos.
c)
Vincula entre sí a los cónyuges
(esposos).
4. Las propiedades
fundamentales del matrimonio son:
a)
La
unidad, es decir, es una «íntima
comunidad de vida y amor conyugal» entre un hombre y una mujer.
b)
La
indisolubilidad, es decir, todo
amor verdadero quiere ser indisoluble, no acepta ser compartido. La
indisolubilidad procede del mismo núcleo del amor pleno que implica y
proporciona el matrimonio.
c)
Estar
abierto a la procreación: es decir, el
verdadero amor conyugal tiende naturalmente a ser fecundo, a engendrar vidas
humanas.
5. El término honrar abarca varias actitudes muy
importantes, como el amor, la gratitud, el respeto, la obediencia..., en
definitiva, vivir la vida de familia con verdadero espíritu de comunión («común
unión»).
6. a) Falso en parte: los padres tienen obligaciones, pero no son
dueños de los hijos, ni estos deben sentirse propiedad de aquellos; sin
embargo, sí que son un ejemplo de la atención amorosa de Dios a los hombres, y
como tales, hay que honrarlos.
b) Falso: estos deberes son perpetuos.
c)
Verdadero, como Jesús decía que todo lo hacía por voluntad del Padre.
7. Los principales deberes de los padres son:
a)
Alimentar
a los hijos desde que nacen hasta que puedan valerse
por sí mismos.
b)
Educarlos
en los valores humanos con su
ejemplo y con su palabra: el amor, el respeto, el dominio de sí, la sinceridad,
el espíritu de servicio y de solidaridad, etc.
c)
Educarlos
en la fe, enseñando a sus hijos la
fe y la piedad cristiana y a descubrir su dignidad de hijos de Dios.
d)
Corregirles
cuando sea conveniente, para
enseñarles a elegir el bien y a no desviarse por el camino del mal.
e)
Respetar
el derecho de los hijos a elegir
su profesión y su estado de vida cuando lleguen a la edad oportuna.
Actividades de refuerzo
1. Dios Padre en la Creación del hombre. Lo hizo para que procrearan
y sometieran la tierra.
2.
Dios los bendijo y les dijo: Sed fecundos y y
multiplicaos y llenad la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en
las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra (Gn 1, 28).
3. a) 3; b) 1; c) 2.
4. a) Falso. b) Verdadero. c) Falso. d) Verdadero.
5. d).
6. Educarlos en la fe, enseñando a sus hijos la fe y
la piedad cristiana y a descubrir su dignidad de hijos de Dios; educar en ellos
los valores humanos con su ejemplo y con su palabra: el amor, el respeto, el
dominio de sí, la sinceridad, el espíritu de servicio y de solidaridad, etc.;
corregirles cuando sea conveniente, para enseñarles a elegir el bien y a no
desviarse por el camino del mal; y respetar el derecho de los hijos a elegir su
profesión y su estado de vida cuando lleguen a la edad oportuna.
7. Amarlos es quererlos de la misma manera que Dios
nos ama; respetarlos, es darles la dignidad que les corresponde por las
obligaciones que han asumido para con los hijos; obedecerlos es seguir su
consejo, con docilidad y humildad.
8. Gratitud, obediencia, respeto.
Unidad 9. La oración cristiana
Actividades de evaluación
1. La oración es un don, pues siempre parte de Dios, que atrae el
corazón hacia Él. Él nos habla a través de sus obras, las criaturas, a través
de su actuación en la historia de la humanidad y de cada persona, por su
Providencia.
2. Por la Sagrada Escritura, por la Tradición, por
los Signos de los Tiempos, y por nuestra conciencia .
3. La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don
de la
oración .
4. a) 3; b) 4;
c) 1; d) 5; e) 2.
5.
a)
3; b) 1; c)2.
6. a) 2; b) 3; c)1.
7. La oración cristiana es personal, pero se hace en la iglesia. Por
la Comunión de los santos, cuando oramos no lo hacemos solos, sino con toda la
Iglesia, y con Cristo que es su Cabeza.
8. En las oraciones de los fieles, para pedir juntos por diversas
necesidades que interesan a la
Iglesia entera: El Papa, los obispos, los gobernantes, la
paz, los enfermos y necesitados, etc. También en la Liturgia de las horas
para que los religiosos y los clérigos, y muchos otros cristianos recen en
común. La Iglesia
recomienda de manera particular la oración cotidiana en familia, pues es el
primer testimonio de vida de oración de la Iglesia. Además,
la catequesis, los grupos de oración y la dirección espiritual son una escuela
y una ayuda para la oración.
9. I) Santificado sea tu Nombre: el nombre indica la
persona y esta petición es una alabanza a Dios como Santo.
II)
Venga a nosotros tu Reino: para que el Reino de Dios, la santificación de los
hombres en el Espíritu, se extienda en el mundo y los hombres nos comprometamos
al servicio de la santidad, de la justicia y de la paz, según las
Bienaventuranzas.
III)
Hágase tu voluntad: que todos los hombres se salven, cumpliendo la voluntad del
Padre, a ejemplo de lo que hizo su Hijo.
IV)
Danos el pan de cada día; esta petición contiene todo lo que necesitamos para
nuestra subsistencia humana. También le pedimos con ella la gracia de saber
obrar, de modo que la justicia y la solidaridad permitan cubrir las necesidades
de los demás. Y pedimos también el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía.
V)
Perdona nuestras ofensas: nos reconocemos ante Él pecadores, lo confesamos y
acudimos a su misericordia. Y lo hacemos con la condición de que nosotros,
antes, hayamos perdonado a los que nos han ofendido.
VI)
No nos dejes caer en la tentación: pedimos con ello al Espíritu Santo saber
discernir entre las pruebas, que nos hacen crecer en el bien y la tentación que
conduce al pecado y a la muerte, y saber resistir a esta.
VII)
Líbranos del mal: el mal designa la persona angélica del Maligno, Satanás, que
se opone a Dios. Pedimos que, como Cristo lo venció, la humanidad sea liberada
de Satanás, de sus secuaces y de sus obras.
10. Es la oración que realizan los fieles
conjuntamente, en la Iglesia,
con Cristo a la cabeza. Se expresa en la Oración de los fieles, la Liturgia de las horas y,
especialmente, la oración familiar.
11.
a) La pureza
del corazón busca el Reino (Buscad, pues, primero el Reino de Dios y su
justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura Mt 6, 33) y perdona a los
enemigos (Mt 5, 24), lo cual supone una conversión del corazón hacia Dios.
b)
La confianza audaz y filial, que va más allá de lo que sentimos y comprendemos:
al sabernos hijos de Dios, porque Jesús nos dijo que cuanto pidáis en la
oración, creed que ya lo habéis recibido (Mc 11, 24).
c) La vigilancia: espera atenta de Jesús que viene en cualquier
momento (Mt 24, 42), y protege al discípulo de la tentación: velad y orad para
no caer en tentación (Mt 26, 41), como dijo en Getsemaní.
Actividades de refuerzo
1. En una puesta de Sol, por la naturaleza; en las lecturas de la Misa, por la Revelación; ante una
catástrofe, por los signos de los tiempos.
2. La jaculatoria es una oración vocal que tiene
valor cuando se realiza en presencia de Dios.
3. 1) Bendición. 2) Alabanza. 3) Perdón. 4) Gracias.
5) Alabanza.
4. La oración que Jesús nos
enseñó Jesús es el Padrenuestro, que se dirige a Dios Padre, y tiene siete peticiones.
5. En el templo, por la Eucaristía, la oración
de los fieles, la adoración al Santísimo, etc. En el propio hogar, con la
oración privada y la familiar. En el aula, con el resto de los compañeros, e
individualmente ofreciendo nuestro esfuerzo. Al hacer deporte, repitiendo
jaculatorias, ofreciendo el sufrimiento físico del esfuerzo, etc.
6. La pureza del corazón, que busca el Reino y
perdona a los enemigos, lo cual supone una conversión del corazón hacia Dios.
La confianza audaz y filial, que va más allá de lo que sentimos y comprendemos;
al sabernos hijos de Dios, porque Jesús nos dijo que cuanto pidáis en la
oración, creed que ya lo habéis recibido (Mc 11,24). La vigilancia, o espera
atenta de Jesús que viene en cualquier momento y protege al discípulo de la
tentación.
7. Hay siete peticiones. En las tres primeras
peticiones: I) Santificado sea tu Nombre; II) Venga a nosotros tu Reino, y III)
Hágase tu voluntad, se pide por los «intereses» de Dios, que es lo que más nos
conviene; y en las otras cuatro, IV) Danos el pan de cada día; V) Perdona
nuestras ofensas; VI) No nos dejes caer en la tentación; y VII) Líbranos del
mal, por nuestras necesidades.